La Renta Agraria Total en euros corrientes durante el pasado año 2012, experimentó un aumento del 2,4% respecto al año anterior 2011 según la 2ª estimación de la renta agraria publicada por el MAGRAMA. Si comparamos la renta agraria real del pasado año con la de la media de los últimos cinco (2008-2012) podemos observar que se encuentra un 0,8%  más baja. Si se observa la evolución de la renta agraria en términos reales desde 1990, la renta agraria real (una vez deflactado el PIB) permanece aún un -19,8% por debajo de la cifrada en 1990 y es prácticamente idéntica a la obtenida e 1992. 

La producción final agraria ha ascendido a 43.151 millones de euros (+4,3% respecto a 2011), 25.152 millones de euros (+1,0%) debido a la producción agrícola y 16.362 millones de euros (+10,0%) a la ganadera. En lo que respecta a la producción final agraria por sectores, que mejor se han comportado respecto a 2011 son el equino (+49,3%), los huevos (+37,4%), el aceite de oliva (19,7%) y el vino (19,2%). Por el contrario, los que peor evolución han sufrido respecto a 2011 son el sector de plantas industriales (-16,8%), las frutas (-9,2%) y los cereales (-8,1%). 

La renta agraria real por ocupado se situó en el año 2012 en 12.522 euros/UTA, lo que supone un incremento del 3,8% respecto al año anterior, donde cabe destacar un año más, el considerable descenso de activos agrarios que se ha producido en el mismo periodo (-1,4%, -12.800 UTAs). El incremento de la renta agraria real por ocupado respecto a la media de los últimos cinco años ha sido del 3,7%. Desde la reforma de la PAC de 2003, el sector agrario español ha perdido el -28,8% de su renta agraria real total, lo que refleja lo mal que nos ha ido en España con dicha reforma. 

El valor añadido bruto (VAB) de un sector productivo es el indicador que mide la riqueza obtenida por dicho sector en un periodo concreto. Su homólogo en relación al conjunto de la economía es el PIB (Producto Interior Bruto) mucho más conocido. (un 4,3% menos) que en 2010. Si comparamos el VAB agrario por ocupado con el PIB general por ocupado, o lo que es lo mismo, la riqueza obtenida por un agricultor respecto a la obtenida por un trabajador medio en España, vemos que las diferencias son notables.

La riqueza que genera el sector agrario a las personas que trabajan en dicho sector está decreciendo en exceso. La renta de los profesionales del sector agrario, imprescindible para nuestra economía e imprescindible también para nuestro bienestar y calidad de vida, está viéndose deteriorada paulatinamente.


Algunas noticias de los últimos días invitan a la reflexión sobre la apuesta definitiva que debe hacerse por desarrollar en mayor medida nuestros sectores productivos, aquellos que muchos expertos coinciden en señalar como los que deben sacarnos de la crisis (sector turístico, sector agroalimentario, etc.). Durante esta semana se pudo escuchar que beneficiado por, entre otras causas, la inestabilidad existente en los países árabes. Como se suele decir, a río revuelto, ganancia de pescadores. Convendría aprovechar el momento para fortalecer aún más ese sector con vista a que la situación vuelva a la normalidad en unos años y haya que volver a competir en igualdad de condiciones.


Mientras, ¿Cómo es posible que se llegue a esto? ¿Qué se está haciendo mal para que los principales agentes de un sector productivo tan importante como el lácteo en España tengan que recurrir a tan inusual forma de retirar producto del mercado? ¿No existen mecanismos institucionales para hacerlo? ¿Será que no funcionan? Si es así, algo habrá que hacer. Recordemos que sin agricultura, nada.

La actividad agraria debe entenderse como una actividad económica consistente en la utilización de una serie de medios y factores de producción para la producción de alimentos y otras materias primas agrarias, cuyo objetivo final es la obtención de  unos beneficios económicos. En los últimos años, el sector agrario ha contemplado un incremento sin precedentes de los costes de producción de los principales insumos que se utilizan en la producción. Según la 1ª estimación de la renta agraria publicada por el nuevo Ministerio de Agricultura en Diciembre de 2011, todas las partidas de los costes de producción se incrementaron en 2011 a excepción de los fitosanitarios.

 

 

Los fertilizantes se encarecieron un 20,1%, la energía un 17,7% y los piensos un 15,6% respecto al año anterior. Por el contrario, los precios de las producciones vegetales disminuyeron un 2,6%, destacando entre ellos los de las frutas (-1,7%), las hortalizas (-14,3%) y las patatas (-12,7%) muy condicionados por los efectos de la crisis de la bacteria alemana. A nivel global, el valor de la producción agrícola se mantuvo constante gracias a los incrementos de precios de los cereales (6,6%), los forrajes (18,6%) y el vino (8,8%). La ganadería ofreció mejores resultados. El aumento de un 3% de la producción y de un 7,2% de los precios han traído asociado un incremento del valor de la producción del 10,4%, donde destacan el buen comportamiento de la avicultura, el bovino y el ovino-caprino.

 

Respecto a años anteriores, los costes de producción han sido en 2011 un 10,2% más elevados que en los 5 anteriores, destacando el encarecimiento de las partidas de energía (18,1%), la de fertilizantes (15%) y la de piensos (13,6%). El porcentaje que los consumos intermedios representaron sobre la renta agraria en 2011 alcanzó el máximo histórico del 90%, por lo que el margen o beneficio a disposición de los profesionales agrarios fue más estrecho que nunca. Además, el nivel de endeudamiento del sector agrario supera por cuarto año consecutivo el de la renta agraria. En 2011, los agricultores soportaron una deuda por valor de 22.436 millones de euros, mientras que la renta agraria se quedó en 22.181 millones de euros. A pesar del contexto de crisis económica de carácter general, el sector agrario está sirviendo en ocasiones de refugio de empleo proveniente de otros sectores. En 2011, según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, la afiliación media a la seguridad social en el sector agrario fue de 1.190.857 personas (enero-octubre), mientras que la del año anterior fue de 1.204.339, lo que supone un decremento de tan sólo el 1,1 %.

En cualquier caso, merece la pena preguntarse sobre cuánto aguantará el sector agrario produciendo en base a unos costes que no paran de crecer y con unos mercados que no compensan en mucho casos esos incrementos de costes. Somos un país netamente exportador y nuestra competitividad depende en gran medida de los costes de producción. Hacen falta medidas innovadoras para mejorar la estructura de costes del sector agrario. Ideas no faltan. Sólo se necesita voluntad para desarrollarlas y demostrar así que el sector agrario es un sector estratégico para España. Sin Agricultura, Nada.